Natalie regresó a su oficina, donde todo el piso estaba en silencio después de la impactante noticia sobre ella. Nadie se atrevía a hacer un ruido frente a ella, inseguros de qué humor podría tener.
Manteniendo su comportamiento habitual, Natalie entró en su oficina, donde alguien la esperaba: Víctor Reid.
Lo vio y fue a sentarse en su silla, imperturbable por su presencia. Abrió su portátil para comenzar su trabajo mientras Ella estaba a su lado, esperando instrucciones.
Víctor se levantó, recogió dos canastas de la mesa central y caminó hacia ella. Colocó las canastas en su escritorio y le instruyó:
—Elige una.
Natalie miró las cestas con una mirada molesta. Una contenía paquetes de pañuelos de papel, mientras que la otra tenía una botella de champán caro y copas.
Sin vacilar, Natalie señaló hacia la botella de champán y reanudó su trabajo.