Caído en la Trampa

—¿Cómo te atreves a hablar así en lugar de disculparte por arruinar el vestido de Rina? —Otra amiga de Charlotte dio un paso al frente—. ¿Sabes lo caro que es?

—No, no lo sé, y tampoco quiero saberlo —respondió Natalie con calma—. Pero sería mejor que lleves a tu amiga a limpiarse para que su vestido no termine manchado.

—Primero, arruinaste mi vestido, y ahora estás

—Mi simpatía llega hasta preocuparme por tu ropa. Más allá de eso, no me importa —respondió Natalie—. Ahora, si me disculpas, necesito comer.

Natalie se sentó en su silla y estaba a punto de reanudar la comida cuando una enojada Rina apartó el plato, haciendo que cayera al suelo.