La Decisión de la Reina

La reina mantuvo su sonrisa, pero por dentro, estaba nerviosa por hablar de lo que tenía en su corazón.

—Ayer, me dijiste que tu madre te enseñó cómo hacer ese perfume en particular —comenzó la reina—. Eso me hizo curiosa sobre tu madre. ¿Cómo está? Escuché que acaba de regresar después de mucho tiempo.

—Está bien después de haber sido tratada por su enfermedad hace unos meses —respondió Natalie con sinceridad.

—¿Enfermedad? ¿Qué le sucedió?

—Natalie lo explicó, y la reina preguntó de nuevo, —¿Ahora está completamente recuperada?

—Casi. Pronto, podrá ir a cualquier lado.

—Bien. Me gustaría conocerla también —dijo la reina.

—Como desee, Su Majestad.

La reina observó a Natalie por un rato antes de preguntar de nuevo —¿Tu madre alguna vez mencionó a Belvorn?

—Sí —respondió Natalie.

—¿Qué dijo? —preguntó la reina, sin esperar la siguiente respuesta de Natalie.

—Que ella es la Princesa de Belvorn—Princesa Carmen—y que yo soy la siguiente princesa —dijo Natalie con franqueza.