Natalie en Hacienda Riverdale

Justin acomodó a Meira en la cama y revisó su tobillo. Lana esperaba recibir órdenes de Justin mientras Noah se quedaba afuera de la habitación.

Su tobillo estaba un poco hinchado. Debió habérselo torcido cuando Noah la jaló con fuerza. Justin le aplicó el ungüento y lo vendó firmemente.

—¿Te duele mucho? —preguntó Justin.

Ella sacudió la cabeza. —Solo si lo muevo mucho.

—Mañana visitaremos al médico —la aseguró Justin—. Ahora deberías dormir.

Ella tarareó y se acostó en la cama mientras Justin la cubría. La miró por última vez antes de irse. —No tengas ideas diferentes en mente. Mañana por la mañana, quiero verte en la mesa del desayuno.

Ella asintió en silencio.

—Buenas noches —dijo él y se fue, después de mirar a Lana, quien entendió que debía vigilar a Meira incluso si en este momento parecía estar bien.

Justin cerró la puerta detrás de él y se volvió hacia Noah. —¿Cómo supiste a dónde se había ido? —preguntó Justin.