En el vasto vacío, un gran equipo avanzaba lentamente.
Este equipo estaba compuesto casi totalmente por personas que llevaban una temible armadura escarlata. Había alrededor de un centenar de ellos.
Entre estas personas había docenas de jóvenes hombres y mujeres.
—¡Muévanse más rápido!
—¡Aha! ¡Más rápido ahora!
—¡Crack! ¡Crack!
Los látigos golpeaban fuertemente. El líder de los hombres con armadura escarlata era un hombre calvo. Tenía un aspecto salvaje y sostenía un látigo semejante a una serpiente en su mano.
—Padre.
—¡Pequeña Wei!
Llanto y murmullos podían oírse de los jóvenes.
Entre la multitud.
Había un joven con una tela raída hecha de piel de animal. Tenía la cara sucia y sostenía a una pequeña niña en sus brazos. Podría ser joven, pero su aura indicaba que claramente había alcanzado el nivel de experto del Reino Divino.
El Mundo Eterno proporcionaba el entorno perfecto para la cultivación. Por eso había innumerables genios, y este joven era uno de ellos.