Negarse a ceder

"¿Viva?" Jian Wushuang se congeló de incredulidad.

—Ella sigue viva. Míralo por ti mismo —Rey Gu le gritó.

Su mirada se dirigió instintivamente hacia Leng Rushuang, que se deslizaba en el aire no muy lejos.

En sus ropas blancas y fluidas, manchadas de sangre, Leng Rushuang flotaba en el aire en silencio. Capas de barreras de energía la rodeaban. Fueron lanzadas por Jian Wushuang durante su batalla con Xia Yong para evitar que fuera golpeada por sus golpes.

Pero ahora que Jian Wushuang podía mirarla de cerca, descubrió que aún estaba viva.

A pesar de su débil y severamente frágil aura, estaba claro que apenas estaba en peligro mortal.

"¿Realmente está viva?" Un gozo frenético brilló en los ojos de Jian Wushuang.

—¡Hmph! Ella es la Gran Pecadora Primordial. Nunca perecerá tan fácilmente. Pero lo sería, si piensas holgazanear más tiempo —Rey Gu sonrió con fastidio.