—No tengo a nadie que me avale para el... —comenzó Xuan Jian, expresando su única preocupación. Al ver que Xuan Jian no estaba en contra de sus ideas, y la pequeña sonrisa en el rostro de Xuan Yang, Xu Feng recuperó toda su confianza.
—Se suponía que debía usar todo su cupo de desvergüenza para el embarazo. ¡Yáng Yáng presionará a alguien para ello! —Xu Feng sonrió con malicia al mencionado 'Yáng Yáng', con juguetonidad emanando de sus ojos.
—¿Yáng Yáng? ¿Yáng Yáng? —Los dos serpientes estaban llenos de emociones intensas: uno rebosante de disgusto y el otro de iluminación. Las expresiones en sus rostros no tenían precio.
—¡Guapo, y también dramático, pero muy guapo!