La mirada de Xuan Yang se encontró con la de su abuelo, sus palabras fueron entregadas con un comportamiento tranquilo pero firme. —Si la familia Xuan hubiera extendido su cortesía antes, quizás Xu Feng podría haberles ofrecido té...
—Pero ay, el momento no es propicio para tales arreglos. Quizás una vez que nuestras empresas comiencen, habrá más oportunidades para asegurar tés raros para usted, abuelo.
La reacción de Xuan Muchen fue inmediatamente notoria, un destello de satisfacción cruzó su rostro mientras acariciaba su barbilla en contemplación.
La pequeña sonrisa que danzaba en sus labios delataba un sentido de diversión, como si hubiera orquestado este intercambio con precisión calculada.
Aunque Xuan Yang sospechaba que su abuelo no había anticipado una respuesta de él, la desviación evidentemente había cumplido su propósito.