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La caminata completa de Xu Zeng desde el carruaje hasta la entrada de la posada y hasta su habitación la pasó sujetando firmemente la bolsa que contenía a sus sobrinos. Trataba de compartirles tanto calor como fuera posible a la pareja inerte.
¿Serviría de algo este compartir de calor para Xiao Long y Da Long a largo plazo? No. No era simplemente un asunto de mantenerlos calientes, era una falta de energía. No había suficiente energía para que criaturas de tan alto nivel eclosionaran.
Para que su papá, quien también era una criatura de alto nivel, entrara en este continente, debió haber sellado su potencial temporalmente. En cuanto a Xu Zeng, su cuerpo había quedado restringido en cuanto puso pie en Donghua después de su despertar de linaje el año anterior.
Y por último, pero no menos importante, Xu Feng —su papá— había sido un fenómeno de la naturaleza. Xu Zeng no sabía cómo había imbuido tanta energía en la Finca Nanshan que los cachorros pudieran jugar allí libremente.