Perspectiva de Bai Mo:
Mientras el carruaje traqueteaba a lo largo del camino irregular, a Momo no le quedaba más que reflexionar sobre los últimos siete días de su viaje. Los días habían sido demasiado cortos y las noches tranquilas—era como si el mundo fuera perfecto, pero no lo era.
El tiempo había volado en un torbellino de emoción y anticipación, era extraño.
El reino de Donghua se desplegaba ante ellos como un cuadro, cada nuevo pueblo ofrecía vislumbres de un mundo que Momo parecía ver por primera vez.
Los caminos, aunque ásperos y desiguales, los habían llevado en un viaje de descubrimiento, revelando rincones ocultos y maravillas inesperadas en cada giro. Todo parecía más interesante con la compañía actual.
A pesar de las dificultades del viaje—las incomodidades del alojamiento y el constante movimiento del carruaje, su trasero estaba dolorido—Momo se encontraba reacio a que el viaje terminara.