La Madrastra

La aldea era como él la recordaba. Antes de los zombies, antes de la finca Nanshan, estaba su vida en Aldea Sol— la vida antes de perder a su padre y la vida después.

Xu Zeng trataba de no pensar en ningún momento pasado en Aldea Sol porque ambos le causaban agudos dolores en el pecho. Parecía una vida completamente diferente, pero solo había pasado un año desde que llamaba hogar a Aldea Sol.

Desde los Árboles Castaños del Engaño en la entrada de la aldea— aquellos que tenían frutos que parecían castañas, pero en realidad eran venenosos— hasta los techos de paja y los escasos techos de tejas, Aldea Sol parecía detenida en el tiempo.

Él había crecido y cambiado, pero la aldea permanecía igual. Sabía que la gente había crecido con el paso del tiempo, y que las cosas no serían las mismas, pero la sensación de estar congelado en el tiempo todavía era difícil de sacudir.