El Vino y la Mermelada lo Solucionan Todo

Con un gemido, Xu Feng se levantó lentamente del césped manchado, casi robóticamente. Cada movimiento era una batalla contra el dolor que recorría su cuerpo. Sus músculos gritaban en protesta, pero él seguía adelante, decidido a no dejar que los dolores palpitantes lo vencieran.

Estaba preparado para dirigirse hacia el pond más pequeño que estaba más cerca de él que el arroyo distante. El agua era fresca, un shock bienvenido para sus sentidos. No recordaba que su espacio fuera tan vívido como lo era ahora, pero esa era una preocupación para otro momento.

... pero ¿lo era?

¿Incluso tenía un pond su espacio?

Xu Feng se quitó la ropa ensangrentada con movimientos dolorosamente lentos, arrojándola a un lado sin pensarlo dos veces. Estaba decidido a desnudarse, pero su cuerpo parecía moverse en cámara lenta. Mientras tanto, su cerebro le decía que claramente algo estaba mal.