Xu Feng quería averiguar qué escondía Momo, pero también conocía bien a su amigo para entender que cuando estuviera listo, hablaría. Este no era un asunto en el que debiera entrometerse, al menos, no todavía.
Si acaso, esto resultaba en su favor.
Bai Mo iba a presentar el examen Juren en solo tres días. No debería ni siquiera estar recibiendo invitados, y mucho menos andar por ahí con ellos. Las compras tendrían que posponerse. Xu Feng tenía otras prioridades de todas formas. Su hogar necesitaba atención primero.
El examen Juren era el examen provincial y se llevaría a cabo justo aquí en el pueblo de Yilin, una capital provincial, en el mismo lugar donde Bai Mo y él habían presentado el examen Shengyaun en la primavera. No habría necesidad de viajar hasta el examen final, Jinshi, un año después, que lo llevaría a la capital.
—Entonces te acompañaré hasta la sala del examen —dijo Xu Feng, su tono más ligero que antes.