Vladimir apoyó su frente en la de ella, su pulgar acariciando suavemente sus mejillas. Esperaba la señal de Athena para actuar.
—¿Me permitirás besarte? —esperó pacientemente, sus ojos llenos de anticipación.
Permitirle ese beso le daría la garantía de que tenía un lugar en su corazón. Eso es precisamente lo que necesitaba ahora, ya que se sentía amenazado por la presencia de Dominique.
Mientras tanto, Athena todavía evaluaba sus sentimientos hacia Vladimir.
—¿Estoy lista para abrir mi corazón y amar a alguien de nuevo? ¿Debería arriesgarme y darle otra oportunidad al amor? —se preguntaba Athena internamente.
Tras unos segundos, finalmente se decidió. Asintió con la cabeza, sonriendo tímidamente a Vladimir.
Vladimir parpadeó varias veces. —Espera. ¿Acaba de decir que sí? ¿Me está dando luz verde?
—¿Athena? ¿Es esa tu respuesta? —le preguntó nuevamente para confirmar.
Athena se mordió el labio inferior antes de mover afirmativamente la cabeza.
—Sí. V. Puedes... besarme...