—Gael… —Athena murmuró su nombre. No sabía cómo respondería a la confesión de Gael.
Pero Gael podía decir que Athena todavía estaba en shock.
—No quería hacerte sentir incómoda. Pero espero que nada cambie entre nosotros. Sigo siendo Gael… tu mejor amigo. —No quería presionar a Athena.
Ella bajó la mirada, buscando las palabras correctas que decir.
—Athena, por favor mírame —él dijo suavemente, levantando su barbilla.
La confusión se podía ver en sus ojos.
Gael suspiró profundamente. No estaba acostumbrado a ver a Athena así. Esta era una de las razones por las que había guardado sus sentimientos por ella.
—Con su expresión sola, sé que no puede corresponder mis sentimientos. —Gael pensó para sí mismo, sonriendo con tristeza.
—¿Ya tienes a alguien en tu corazón, Sab? —le preguntó. La pregunta simplemente salió de su boca naturalmente. Solo quería saber si ya era demasiado tarde.