—Ya sabes... Ha pasado un tiempo desde la última vez que alguno de los trabajadores humanos se quejó de tener que trabajar con nim —pensó, limpiándose el sudor de la frente—. Es asombroso lo que puede hacer por las relaciones en el trabajo que tu hija salve al rey, ¿eh?
—¡Oye! ¡Mel!
—¿Listo para esa bebida? Las chicas nuevas han estado preguntando por ti~ —dijo Rax, sonriente.
—No sé —suspiró Melistair—. La última vez que 'conocí' a unas chicas nuevas, apenas pude caminar durante una semana.
—Esa es la mejor parte, ¿no es así? —sonrió Rax.
—... Me has pillado ahí —pensó Melistair.
—Así que, acepté —concluyó Melistair.
A Margarita le encantaría estar aquí —pensó, no por primera vez—. Probablemente ya tendría a la mitad de estas chicas en su regazo en este momento. ¿Sabes qué? La invitaré la próxima vez.
—Hey guapo —ronroneó ella—. ¿Quieres compañía?
—Lo siento, chicas —se rió Melistair—. Tengo que volver a casa pronto. Mi esposa estaría furiosa si me divirtiera sin ella aquí.