A lo lejos, los Soberanos observaban horrorizados cómo el grupo de Karl se desataba entre las filas traseras del ejército.
—Ya sabes, si los refuerzos no llegan pronto, él realmente va a enfrentarse solo a un ejército —comentó el Señor Supremo Niall.
—Desde luego es eficiente eliminando objetivos por debajo de su rango. Pero, ¿qué pasa con esa araña? Es la cosa más espantosa que jamás he visto —estuvo de acuerdo Otelo.
—Lo que no te das cuenta es de que ella ni siquiera se ha puesto seria todavía. Es una Merodeadora Nocturna, y yo le enseñé a usar [Hoja Vibrante] —se rió el Señor Supremo Pícaro.
El Paladín frunció el ceño. —¿Estás diciendo que podría ser invisible, incorpórea e inmune al daño físico, pero solo está correteando disfrutando de sí misma? No es de extrañar que las generaciones antiguas intentaran exterminar a su especie.
—¿Oh, sabías sobre ellos? —preguntó Niall, sorprendido por su reconocimiento.