Mientras caminaban por el paseo marítimo, Karl analizaba los cambios en el aura de Dana.
Como mago, le era más fácil adivinar su nivel de poder que a cualquier otra persona solo con tocarla, y había un cambio notable desde esta mañana.
El viaje a la mazmorra les había hecho bien a todos, y si ese tipo de progreso continuaba, podría ser solo cuestión de unas semanas o un mes de visitas regulares para que ella subiera de nivel.
Su paseo por el paseo marítimo los llevó a un pequeño restaurante operado por gnolls, una forma de bestia con aspecto de hienas, que tendían a ladrarse unos a otros para acentuar sus órdenes gritadas.
Este estaba más cerca de los muelles y parecía más popular entre los marineros que entre los locales.
Pero el olor a marisco frito había atraído a Lotus, y aunque el vino era barato, la comida era excelente.