Los Orcos tomaron las palabras de Rae como verdad evangélica, y dispararon bengalas mágicas hacia el cielo, iluminando los portales y el ejército que se acercaba.
Los lugareños se tambaleaban y reían mientras corrían a tomar las armas y ponerse armaduras, pero los niños tenían la tarea de quedarse con Lotus.
No por su seguridad, o al menos no completamente.
Su trabajo era mantener las canciones para que la fiesta no tuviera que terminar mientras los adultos libraban una gloriosa batalla nocturna.
Remi salió para conferenciar con el chamán del pueblo y su asistente, luego comenzó a preparar grandes hechizos para manejar la amenaza.
En lugar de permanecer dentro de las murallas de la ciudad y lanzar hechizos hacia afuera, Remi se había transformado en forma de Serpiente Espíritu con el viejo Chamán Orco decrépito en su espalda, para que ambos pudieran ver lo que estaba sucediendo.
Los Orcos estaban en el muro, y Lotus tenía el hechizo perfecto para esta situación.