—¿Les gustaría a todos ir a Bara? —preguntó Karl.
Dana se encogió de hombros. —Parece interesante. Una ciudad entera llena de Enanos podría ser divertida para Lotus. Podría encontrar gente de su misma altura.
Lotus sacó la lengua al mago, pero Dana tenía razón. Si había una ciudad llena de gente de su altura, lo más probable era que estuviera en los territorios Enanos. Podría ser interesante no ser una cabeza más baja que todos.
Rae desmontó rápidamente su lugar de descanso y la mariposa terminó la ilusión que lo escondía en el bosque.
—Bueno, parece que esto es un adiós por ahora. A menos que quieran usar nuestro portal a Bara —informó Karl a los dragones.
Ambos sacudieron la cabeza, por lo que Karl abrió el camino a la ciudad Enana y pasó a través mientras Lotus daba una última ronda de abrazos.