Hu Wen Cheng miró a Zhao Jun Jie y negó con la cabeza —No tengo ni idea. Me gustaría pensar que si algo hubiera sucedido, lo sabríamos, pero dadas sus habilidades, tampoco podría ser nada.
Zhao Jun Jie miró al otro hombre con frustración —Primero que nada, no tengo idea de lo que acabas de decir. Segundo, ¿cuáles son sus poderes?
—¿De verdad no lo sabes? —preguntó Hu Wen Cheng, sorprendido. No era un secreto, pero al mismo tiempo, no era algo de lo cual la mayoría hablara.
—Si lo supiera, ¿me habría molestado en preguntar? —dijo Zhao Jun Jie, levantando una ceja. Xie Feng comenzó a inquietarse en su portabebés y él giró su atención hacia su hija, dándole palmaditas suavemente en la espalda.
—Todo lo que diré es que ella es La Sanadora. El resto es algo que ella tendrá que contarte por sí misma —se encogió de hombros Hu Wen Cheng justo cuando la puerta se abrió y reveló a un atareado Cheng Bo Jing.