Solo Una Comida

—Sería mejor que tomaras tu comida en tu habitación —Eva recordó cómo Cherie había intentado convencerla de que se quedara en su habitación. Inclinó la cabeza para mirar a su criada personal. La mujer a la que había llegado a amar como a su familia.

—Cherie bajó la cabeza al instante, culpable. Los ojos de Eva se volvieron más fríos.

—El vestido te queda bien —Eva asintió. Aunque ambas sabían que no había sido Eva quien lo había regalado y sólo Damien podía ordenar a las criadas que tomaran sus cosas. Él le había dado este vestido a Eva y ahora se lo había quitado y dejado que Hazel lo usara como si no significara nada—. Puedes quedártelo.

La voz habría sonado despreocupada si Eva no estuviera sosteniendo su vestido tan fuerte hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Sentía una acidez subiendo en su corazón, pero no dejaría que sus emociones la controlaran. Así que, se alejó del vestido y se concentró en la mesa.