—Ella no vino a mi habitación anoche —Archie estaba confundido. Si Hazel quería robar los archivos, ayer fue su oportunidad. Pronto saldrían de caza o a cualquier otra actividad de ocio. No sabían cuándo su majestad los llamaría para el informe. ¿Por qué tomar el riesgo? —¿Estás seguro de que vendría?
Eva tragó el sabor nauseabundo en su boca. Sabía por qué Hazel no pudo visitarla anoche. ¿Por qué tampoco estaba aquí esta mañana? Sería un milagro que estuviera viva después de la cantidad de gritos que llenaron el jardín anoche.
—Olvídate de ella, vigila a mi criada. Ella intentará algún truco hoy —El ceño fruncido de Archie se profundizó. Si sabía que sus criadas eran su enemiga, ¿por qué no deshacerse de ella? Pero él no dijo una palabra. Eva ya parecía distraída.
Sus ojos estaban fijos en la mesa vacía de los clérigos como si esperara que alguien llegara.