—¡Diana! ¿Dónde has estado? —Gabi la miró severamente a su hija mayor con una mirada fría—. Pensé que cuidarías de tu hermana mientras yo iba a hacer conexiones. ¿Tienes idea de lo importante que es esto para nuestra familia? —Se levantó y la agarró de las manos firmemente mientras su voz era un grito bajo para que otras mesas no pudieran oírlas.
Estaba sentada en el salón de la fiesta con la Duquesa Clam Stone y se levantó para hablar con Diana tan pronto como ella entró en la sala. Sus ojos estaban llenos de frialdad y odio.
—Ve con Hazel y mira si necesita algo. Atiéndela Diana, ella es tu hermana. Solían ser tan cercanas —Diana asintió. No porque su madre se lo hubiera ordenado, sino que tenía la sensación de que Cotlin regresaría aquí.
Ese momento la había dejado sin aliento. Odiaba sentirse aún complacida por el beso cuando no tenía profundidad.