¡No Podrías Ser Ella!

—¡Eva! ¿De qué estás hablando? —Sus palabras no solo eran extrañas sino que le repugnaban. El deseo de empujarla lejos volvió. Estaba luchando por sostenerla mientras ella se apoyaba en él, poniendo todo su peso sobre él.

La única razón por la que la sostenía era porque tenía a su hijo en su vientre. Se sentía culpable por sus pensamientos. Ella había hecho tanto por ellos. Había sacrificado tanto una y otra vez, y sin embargo, cuando finalmente se encontraron sin mentiras ocultas entre ellos, él no sentía el amor y el deseo que ella sentía.

Él sacudió la cabeza para deshacerse de ese sentimiento.

—Eva, siempre te he amado. No necesitas hacer nada para ganártelo. Pero por ahora, ven conmigo —suplicó y finalmente ella asintió. Damien no esperó el permiso de Carmen. No le importaba si el festival estaba completo o no.