El corazón de Gu Luoxin casi se le sale de la boca mientras miraba boquiabierto al hombre delante de él, completamente atónito. —¿T–Tú... qué?! ¿De qué equipo dijiste que vienes?
A su lado, Noir permanecía congelado en su lugar, sus pupilas dilatadas por el puro shock.
La mirada de Jin Jiuchi rebotó entre ellos de un lado a otro, antes de estallar en una risa alegre. —¡Jajaja, deberían ver las caras que tienen! ¡Son invaluables!
—Da Shen, ¡¿cómo puedes bromear en un momento como este?! —exclamó Gu Luoxin con frustración.