Totalmente desprevenido, Shen Nianzu se atragantó con un bocado de agua mientras el gélido océano lo envolvía. En medio de la constante ondulación de las olas, era como un barco destartalado que había perdido su rumbo, luchando por encontrar la superficie. Las lágrimas fluían de sus ojos, solo para mezclarse con el agua salada del océano. Una cadena de burbujas escapó de sus labios mientras sentía que perdía valiosos alientos a cada segundo que pasaba.
Oh no, se estaba ahogando…
Sus extremidades se movieron espasmódicamente antes de quedarse inquietantemente inmóviles, permitiendo que su cuerpo se balanceara al ritmo de la flotación del agua.
¿Era esto todo?
¿Realmente iba a morir aquí?