Shen Nianzu esperó la respuesta con el aliento contenido.
No se le podía culpar por hacer de esta pregunta su máxima prioridad. Solo él y Dios sabían lo alterado y horrorizado que estaba cuando besó a la persona equivocada en el Ciclo. No es que tuviera algo en contra de su novio, pero cada vez que pensaba que el hombre con el que era íntimo eran los gemelos que habían despertado su amor paternal hasta hace unos momentos… él… realmente no sabía cómo sentirse.
Este asunto seguramente se convertiría en una espina de pescado atorada en su garganta si no la desenterraba hasta las raíces, así que más valía averiguar la verdad lo antes posible, aunque pudiera resultar un poco difícil de soportar.
No obstante, ¿no afirmaron tener más de cien años, verdad? Entonces ya no se podía considerar que fueran niños. ¿Verdad?
Jin Jiuchi arqueó una ceja, aparentemente intrigado y confundido por su elección de pregunta. —Nian'er, ¿realmente quieres saber eso?