Gu Luoxin no tenía idea de lo que había hecho para merecer esta amabilidad y generosidad incondicional. Cuando pensaba en su primer encuentro, quien tomó la iniciativa de acercarse a él fue Lucius. Desde el principio, parecía estar cómodo con Gu Luoxin, incluso tomando su lado cuando Noir lo apartó antes. Aunque el hecho solo le traía alegría y felicidad, en este momento no podía evitar preguntarse si había una razón más profunda detrás de las acciones del gato negro.
—Hmm… —Lucius se lamió la pata mientras contemplaba sus palabras—. Xinxin, tú… hueles bien, ¿miau?
Esa respuesta fue tan inesperada que Gu Luoxin levantó la cabeza de golpe, completamente atónito.
—¿Eh?
—Si tengo que hacer una metáfora —comenzó—, para mí, los humanos son como filetes: duros, insípidos y podridos. Huelen mal, y comerlos me da dolor de estómago, miau. Pero solo tú, Xinxin, eres fresco, tierno y