Jin Jiuchi había esperado encontrarse con el hada madrina que lo rescataría de este lugar y lo llevaría con su amada muñeca de jade, pero esta… criatura… que estaba viendo ahora mismo ciertamente no podía ser ella.
Había pasado por un par de ciclos y había visto tantos tipos de criaturas de pesadilla, pero nunca antes había visto algo como esto.
Un único globo ocular flotaba en el aire, conectado por un hilo carnoso a una… mano— así es, una mano que actuaba como una especie de soporte, actualmente colgando inútilmente de la trampilla que acababa de abrir.
El ojo parpadeó, y Jin Jiuchi también parpadeó.
Jin Jiuchi inclinó la cabeza, y el ojo también imitó su movimiento, mientras los dedos de la mano tamborileaban inquietamente sobre la superficie de madera.
Incapaz de resistirse, Jin Jiuchi actuó por impulso y pinchó el ojo con su dedo.
—¡...!