—Tsk —dijo sintiendo la humedad filtrarse a través de la tela mojando su piel—, qué dolor de cabeza. —Tiró de la tela mojada hacia adelante para que no se pegara a su piel. Ya no pudo soportarlo más y decidió alejarse para poder cambiarse de ropa húmeda.
Zhao Huangzhi se quedó paralizada por un momento después de ser bruscamente empujada por Qie Ranzhe. Sintió un dolor punzante en el fondo de su estómago por haber sido tratada de esa manera, pero parecía indiferente, especialmente cuando recordaba cómo Qie Ranzhe estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ella. Con este pensamiento, finalmente se relajó retomando su expresión desgarradora. Al ver lo incómodo que estaba Qie Ranzhe en su ropa mojada se apresuró con un pañuelo de seda para ayudarle a secar el área húmeda.
—Lo siento mucho Ran-ge, solo... no pude controlarme. Déjame ayudarte —dijo con los ojos llenos de lágrimas mientras secaba las lágrimas que ella dejó en Qie Ranzhe con manos temblorosas. Qie Ranzhe ya había tenido suficiente de sus manos inquietas y tomó firmemente su muñeca con una expresión significativa.
Sus ojos se encontraron con los brillantes y expectantes ojos de Zhao Huangzhi mirándolo en trance. Aunque había estado llorando su maquillaje permanecía intacto con los ojos inyectados en sangre y los labios cereza ligeramente separados. Lucía especialmente seductora, capaz de hacer que el corazón de cualquier hombre palpitara. Desafortunadamente, para ella, el hombre por el que hacía todo esto la miraba con una cara helada destinada a congelarla.
Qie Ranzhe la empujó por segunda vez y se volvió para irse diciendo —Lleva a tu señorita a casa a descansar y asegúrate de que nunca más pise esta propiedad. Es muy inapropiado —dijo al sirviente en un tono imperativo y despectivo, sin querer tratar más con Zhao Huangzhi. No tenía la paciencia para mirarla, especialmente después de que ella arruinara todo para él. Si no fuera por ese incidente con los bandidos, Lin Jingxie no tendría tanto miedo de él y seguiría visitándolo.
—Él no sabía que todo era un plan de Zhao Huangzhi, pero sospechaba. Ella es la hija del primer ministro y tiene tantos sirvientes a su disposición, ¿cómo pudo escaparse por sí sola y terminar en manos de bandidos? Si su mente no estuviera enfocada en Lin Jingxie, habría investigado más, especialmente interrogando a ese molesto Lee Jienjie. Su estado de ánimo actual era errático y turbio, lo que no le permitía seguir el asunto, al menos no ahora.
—Al verlo alejarse mientras le prohibía venir aquí de nuevo, Zhao Huangzhi estalló con su último rastro de racionalidad desvaneciéndose. Corrió a bloquear su camino mientras tomaba su fría mano en la suya con una cara pálida como un fantasma. —Ran-ge, ¿por qué me haces esto? Todo lo que Lin Jingxie hace, yo puedo hacerlo por ti. No tienes que depender tanto de él. Cocinaré tus comidas, lavaré tu ropa y hasta esa espada, puedo darte una mejor, —le suplicó señalando la espada envainada que colgaba de su cintura—. Puedo hacerte feliz y darte todo lo que deseas.
—La expresión de Qie Ranzhe permaneció fría e indiferente mientras se movía a un lado para pasar por su lado diciendo —No vuelvas a llamarme así nunca más, —apático para responder a su sincera confesión. No estaba complacido por su comportamiento mimado, pero se contuvo todo por el bien de Lin Jingxie. Si se excedía, Lin Jingxie podría nunca volver a hablarle. Qie Ranzhe temía perder más si le ponía un dedo encima, lo que no valía la pena.
—Zhao Huangzhi era tan terca como una mula y persistía. —¿Qué tiene él de especial que ni siquiera estás dispuesto a darme una oportunidad? Su comida es mediocre en el mejor de los casos y esa espada es una porquería en comparación con la que yo puedo darte. Te amo Ran-ge, haría cualquier cosa por ti, —dijo antes de que de repente fuera golpeada contra la pared con la mano de Qie Ranzhe estrangulando su cuello. Sus ojos eran extremadamente aterradores, eran tan oscuros como una noche sin luna. Bajo la mirada mortal de Qie Ranzhe, sintió un escalofrío en la médula al darse cuenta de que Qie Ranzhe quería matarla aunque se estaba conteniendo como si algo lo restringiera.
—Su terror se vaporizó reemplazado por una sonrisa feliz pensando, «Él se preocupa por mí, por eso no puede matarme». En vez de hacer caso a su advertencia, lo tomó como una señal de esperanza. Es seguro decir que cuando se trataba de Qie Ranzhe, ella estaba tan ciega como un murciélago con un toque de locura. Levantó su mano y acarició suavemente su mejilla de manera romántica mientras susurraba —Tú y yo estamos destinados a estar juntos. Aunque no lo reconozcas ahora, está bien. Puedo esperarte, —con una voz tierna mientras sus ojos entrecerrados lo miraban con un destello de obsesión.
—Al escuchar a Zhao Huangzhi insultar a Lin Jingxie, Qie Ranzhe no pudo contenerse más apretando su agarre para hacerla detenerse, pero la chica era tan terca y continuaba hablando tonterías incluso cuando su vida pendía de un hilo. Apretó su agarre al punto de constreñir el flujo de aire de Zhao Huangzhi mientras se inclinaba para susurrar algo en su oído.
—El sirviente presenció todo y corrió para salvar a su señorita pero fue retenido por Manchu. Este asunto no tenía nada que ver con ella, solo se haría daño si intervenía ahora. Manchu sabía que Qie Ranzhe no sería tan estúpido como para matarla, especialmente con su trasfondo. Si mataba a Zhao Huangzhi, ni siquiera toda la fuerza del clan Lin podría protegerlo. Las apuestas eran demasiado altas para Qie Ranzhe. Perdería a las personas que le importaban, ella simplemente no valía todo eso.