Como un cachorro intentando atrapar un hueso de dinosaurio, así se sentía Wen Qinxi. No hay otro refrán que describa mejor su situación actual que "morder más de lo que puedes mastigar". Había sido convencido de disfrazarse, pero no tenía la más mínima idea de cómo coquetear con un hombre. Con Qie Ranzhe le salía natural, pero ahora se veía obligado a flirtear para pasar la seguridad de hierro de Fui Gen.
Frustrado, se sentó en la barra frente a la sección VIP donde Fui Gen estaba rodeado de damas hermosas con una mesa llena de botellas caras y copas repletas de champaña burbujeante. ¿Cómo iba a superar a todas estas mujeres? Ansioso, Wen Qinxi pidió un chupito de vodka y lo trasegó de un solo trago. El amargo sabor ardiente bajó por su garganta haciendo que hiciera una mueca, pero efectivamente le ayudó a calmarse.
—Estoy tan jodidamente nervioso. ¿Cómo se supone que debo flirtear para pasar esta bandada de gallinas? —dijo Wen Qinxi, dirigiéndose al sistema.