Feng Xieling sabía que lo habían atrapado con la mano en la masa, así que decidió admitir su error y cambiar de táctica. Decidió negociar, pero ¿cómo se negocia con un búlder anclado? Qie Ranzhe era duro en el regateo y parecía que Feng Zi no era de mucha ayuda en este asunto. Como su plan no estaba funcionando, decidió rebajarse y vender ternura. Con suerte, esto podría reducir la sentencia.
Bajó la cabeza con sus pequeños brazos detrás de la espalda y dijo, "Prometo que no lo haré de nuevo... ¿entonces puedo quedarme a dormir? Traeré mi cobija," mientras balanceaba su cuerpo de lado a lado dando un aire adorable. Wen Qinxi no pudo manejar esta repentina sobrecarga de ternura e intentó levantarlo, pero Qie Ranzhe le dio una mirada que no necesitaba palabras para describirla.