Qie Ranzhe notó la expresión perpleja de su amante y explicó —Me informé al respecto. Si no hago esto te vas a lastimar —con su dedo cubierto en un fluido espeso y resbaladizo.
Wen Qinxi no pensó mucho en ello, descartándolo como algo de este mundo. Por favor, no culpen a este nerd. Él sabía lo que era el lubricante, pero simplemente no pensó que lo necesitaban basado en su experiencia en el segundo mundo. Las cosas parecían deslizarse naturalmente, así que pensó que esa era la norma.
—¡Qué mierda! —gritó al sentir que un dedo se deslizó repentinamente en su crisantemo, que se cerró apretadamente tragando ese objeto intrusivo.
Qie Ranzhe ya estaba dolorosamente duro así que sujetó a Feng Zi y dijo —Bebé, sé bueno y relájate... Te prometo que haré que te sientas bien. Wen Qinxi cerró los ojos e intentó relajarse. Su crisantemo se abrió naturalmente y el dedo de Qie Ranzhe se movía dentro y fuera intensificando la sensación de picazón.