—¡Ran-ge! —gritó tras Qie Ranzhe, pero lo ignoraron despiadadamente. Todo había terminado. Qie Ranzhe iba a torturarlo lentamente y arruinar a su familia todo por culpa de esa zorra Su Xin. Así fue como Kai Zi fue arrastrado al coche junto con sus hombres, sin volver a ver la luz del día jamás.
Unas horas más tarde, la llamada zorra finalmente se levantó de su sueño tras jugar una ronda de cartas con el sistema mientras esperaba el juicio final. Perdió contra esa IA seis veces, así que cuando despertó ya estaba de mal humor, el cual empeoró al descubrir que estaba esposado a una silla con un saco de arpillera en la cabeza.
Al principio estaba confuso con su mente nublada por el choque del coche, pero una vez que recordó todo, comenzó a entrar en pánico instantáneamente. Empezó a forcejear con las esposas mientras su corazón palpitaba tan rápido como un tren de alta velocidad.