—Cuéntame qué pasó, Lilly —Conrad parecía extraño sentado en esta mesa, su gran tamaño haciéndola parecer diminuta de alguna manera, pero su mirada era suficiente para hacerme saber que realmente estaba preocupado.
Exhalé un pequeño suspiro mientras mis hinchados ojos se encontraban con los suyos, tragando duro.
—Zain intentó suicidarse anoche. Se cortó la muñeca —mi labio inferior temblaba.
Su acostumbrado ceño se profundizó mientras llevaba su mano a acariciar la barba, pensativo.
—Está vivo pero en condición crítica —mi estómago se tensó, mi lobo lamentándose, queriendo ir hacia nuestro compañero—. Pero eso no es todo. Dan... la razón por la que Zain lo mató cuando lo vio no fue por celos o venganza sino por miedo, por mí.
Desviando la mirada a mis manos, giré el anillo de esmeralda que siempre llevaba una y otra vez en mi dedo como distracción para no mirar la intensa mirada de Conrad.