—Así que eso fue lo que pasó... —murmuró Liu Ruyan para sí misma, finalmente relajando su ceño fruncido con fuerza.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —miró enojada a Li Qianfan e interrogó.
—Tenía miedo de que te enfadaras —Li Qianfan se tocó la nariz, hablando con algo de culpa.
—Me enojo aún más cuando haces cosas a mis espaldas. Ya te lo he dicho antes, no me importa que estés con otras mujeres, pero no puedes andar a escondidas como un ladrón —enfatizó Liu Ruyan.
—¿Hay algo más que me estés ocultando? —preguntó de nuevo Liu Ruyan.
Li Qianfan dudó un momento antes de finalmente explicar brevemente sobre el incidente del afrodisíaco y las cincuenta y tantas mujeres.
—¿Quieres decir que tú y todas esas más de cincuenta mujeres con Wang Lele... eres un animal? —exclamó Liu Ruyan en shock.
—Realmente no se me puede culpar por eso, ¡no quería hacer eso con ellas, fueron ellas las que lo iniciaron!