Chapter 9: “The Strength of the Group”.

Con la decisión tomada, los tres se dirigieron al mostrador para registrarse como grupo oficial, pero antes de poder irse escuchando que alguien los llamaba. 

-Oye, mocoso. 

Aiko miró hacia la entrada. Tres hombres se acercaban a ella. El del medio se destacaba; Tenía una cicatriz sobre el ojo izquierdo, cabello negro y ojos marrones. Llevaba una armadura que cubría desde los hombros hasta las palmas de las manos, con guantes de metal y una camisa marrón debajo. Su pecho estaba protegido por más metal y usaba botas que cubrían completamente sus piernas junto con pantalones negros. Una espada larga colgaba de su cintura. 

A su izquierda se encontró un hombre más sencillo, de cabello castaño y ojos negros. Vestía una camisa blanca de manga larga, pantalones marrones sujetos por un cinturón y botas negras. Sobre sus hombros caía una capa de aventurero. Finalmente, el tercero, a la derecha, tenía cabello negro y ojos oscuros. Vestía pantalones negros, botas marrones y una camisa gris de manga larga, con guantes que le llegaban hasta los antebrazos. Una espada corta descansaba en su cintura. 

El hombre de la cicatriz se detuvo frente a Aiko con una sonrisa arrogante. 

-Sería tan amable de darme esa tarea. 

Aiko dio un paso atrás, incómoda, y respondió con una sonrisa nerviosa: 

-Ah... lo siento, pero ya íbamos a hacer ese recado. 

El hombre levantó una ceja burlonamente. 

-Pero si escuché bien ese encargo es para un grupo ¿no? 

-Sí, lo es. 

El hombre sonrió aún más. 

-Y por lo que veo no tienes grupo. 

Aiko adoptó la postura, tratando de no mostrar miedo. 

-Te equivocas. Acabo de formar un grupo. 

La sonrisa del hombre se desvaneció. 

-¿En serio? ¿Y dónde está ese supuesto grupo? 

Antes de que Aiko pudiera responder, Kira intervino, poniendo una mano en su cintura. 

-Esos somos nosotros. 

El hombre se volvió hacia Kira y, después de observarla por un momento, se rió a carcajadas. 

-¿De verdad planeas hacer un recado tan difícil con esos dos cobardes? 

Kira y Jotaro fruncieron el ceño. Kira le preguntó a Jotaro en voz baja: 

-¿Le pego? 

Jotaro suspiró. 

-Lo matarías de un golpe. Mejor no. 

Jotaro se acercó a Aiko y le habló en un tono tranquilo: 

-Aiko, vamos a registrarnos. 

-Sí, Jotaro-respondió ella, aliviada. 

Cuando Aiko y Jotaro comenzaron a caminar hacia el mostrador, el hombre con armadura la agarró del brazo y la tirò hacia atrás. 

-¿Adónde crees que vas? No hemos terminado de hablar. 

-¡Suéltame!-exigió Aiko intentando liberarse. 

Antes de que el hombre pudiera hacer algo más, Jotaro le agarró el brazo con fuerza. 

-Ella dijo que la dejaría ir. 

El hombre lo miró enojado. 

-¿Y quién te crees tú para interferir? 

Jotaro lo enfrentó imperturbable. 

-Estoy interfiriendo porque ella es parte de nuestro grupo y también es nuestra amiga. ¿Podrías dejarla ir, por favor? 

El hombre dudó un momento y comenzó a soltar a Aiko. Sin embargo, justo cuando Jotaro aflojó su agarre, el hombre la jaló nuevamente con fuerza, tapándole la boca con una mano y agarrándole el abdomen con la otra. 

-¡Ahora!-gritó el hombre con armadura. 

Todo sucedió muy rápido. Uno de los hombres apareció detrás de Jotaro, intentando apuñalarlo con su espada corta. Pero Jotaro reaccionó a tiempo, agachándose y girándose para golpearlo en el estómago. El impacto fue tan fuerte que el hombre salió volando contra la pared. 

—Creo que me excedí... Bueno, no importa —murmuró Jotaro mientras se giraba para enfrentar al siguiente oponente. 

El segundo hombre intentó golpearlo, pero Jotaro lo esquivó y lo empujó al suelo con un movimiento rápido. Antes de que pudiera reaccionar, el primer hombre cargó de vuelta, su espada en su mano. 

-¡Maldito seas!-gritó el hombre mientras intentaba apuñalar a Jotaro. 

Jotaro lo esquivó con un salto y, en el aire, le dio una patada en la cara al hombre que lo envió directo hacia el grupo de aventureros que observaban. 

Cuando Jotaro volvió su atención hacia el hombre con armadura, lo miró con incredulidad. 

- ¡¿Cómo los derrotaste, si eres un enano tan debilucho?! 

Jotaro pensó, irritado: 

-Eso realmente me ofendió. 

Jotaro se cruzó de brazos. 

-Tus amigos no eran tan fuertes. No entiendo por qué te sorprendes. 

El hombre con armadura gritó enojado: 

No eran fuertes, de qué carajo estás hablando, si son aventureros de rango A. 

Jotaro pensó sorprendido: 

- ¿Esos aventureros eran de rango A? No lo creo, eran demasiado débiles. 

Jotaro preguntó confundido: 

-¿son realmente de rango A? 

El hombre de la armadura respondió enojado: 

-¡Te dije que lo eran! 

Jotaro dijo: 

- Entonces eso significa que tú también eres como ellos, ¿verdad? 

El hombre de la armadura preguntó: 

-¿Qué quieres decir? 

Jotaro respondió: 

-Quiero decir, si ellos son débiles siendo rango A, entonces tú también eres débil, ¿no? 

El hombre armado enojado gritó: 

-¡Bastardo! 

El hombre con armadura se arrojó furiosamente a Aiko al suelo y sacó su espada. 

-¡Te mostraré quién es débil aquí! 

Se abalanzó sobre Jotaro, pero este lo esquivó fácilmente. Antes de que el hombre pudiera reaccionar, Jotaro lo golpeó con fuerza en la nariz, haciendo caer al suelo con sangre goteando de su rostro. 

De repente, los aventureros que observaban comenzaron a aplaudir al ver cómo Jotaro había derrotado al hombre. 

Jotaro confundido preguntó: 

- ¿Qué pasa? ¿Por qué aplauden? 

De repente, Aiko se abalanzó sobre Jotaro, abrazándolo con fuerza y ​​provocando que cayera al suelo. Aiko, con lágrimas en los ojos, le dijo mientras apoyaba su cabeza en el pecho de Jotaro: 

-¡Jotaro! -dijo entre lágrimas-. Gracias por salvarme. 

Jotaro, sorprendido por la reacción de Aiko, sonriendo. 

-No fue nada. Sólo lo hice porque eres nuestra amiga. 

De repente, el hombre al que Jotaro había golpeado en la nariz intentó levantarse, murmurando: 

-Maldito mar.... 

Antes de que pudiera levantarse por completo, Kira apareció frente a él y, con una sonrisa, le pisó con fuerza la cabeza mientras decía: 

-No tan rápido. -¿A dónde crees que vas? 

Jotaro al ver a Kira preguntó: 

-¿Kira? 

Kira, al escuchar a Jotaro, comenzó a caminar hacia él mientras pisaba al hombre sin ningún remordimiento. 

Jotaro la miró confundido. 

- ¿Por qué no lo esquivaste? 

-Porque se lo merece por hacer llorar a Aiko.-respondió Kira con frialdad. 

Jotaro dijo. 

-Te entiendo, pero ese no es motivo para pisarlo. 

Kira respondió: 

-¿No viste lo que le hizo a Aiko? Solo por ese estúpido encargo... 

Jotaro respondió: 

-Claro que lo vi. Además, ya le di lo que se merecía, así que ya basta. Y, además, si tanto te molestó lo que le hizo a Aiko, ¿por qué no te lanzaste a ayudarme cuando estaba peleando? 

Kira, con una sonrisa nerviosa, respondió: 

-Sabía que ibas a vencerlos a todos. 

Jotaro algo molesto le dijo: 

-¿Y si no hubiera podido? ¿Pensaste en eso? 

Kira se rascó la cabeza y dijo: 

-Oh, no pensé en eso. 

Jotaro suspiró nuevamente y dijo: 

-La próxima vez piénsalo, ¿vale? 

Kira respondió: 

-Sí. 

Aiko se aleja de Jotaro. Jotaro al notar esto le preguntó: 

-¿Qué pasa Aiko? ¿Ya te sientes mejor? 

Aiko respondió mientras se secaba las lágrimas: 

-Sí... ya me siento mejor. 

Jotaro dijo: 

-Eso es bueno. 

Aiko, por curiosidad, le preguntó: 

-Por cierto, Jotaro, ¿cómo es que sabes pelear? 

Jotaro respondió: 

-Ah, es que mi padre me enseñó a pelear cuando era joven. 

Aiko preguntó: 

¿Te enseñó a pelear? ¿Debes usar magia? 

-Sí-dijo Jotaro confundido. 

-Pero si no me equivoco cuando estaban calculando tu poder mágico la esfera se rompió ¿no?, por eso pensé que eras un mago. 

Jotaro respondió: 

-Bueno, es solo que mi padre pensó que sería mejor saber pelear que usar magia, ya que, si por alguna razón no podía usar magia en una pelea, al menos podía defenderme con golpes. 

Jotaro pensó: 

-En realidad mi padre sí quería enseñarme magia, pero no podía enseñarme mucho porque siempre estaba ayudando a la gente del pueblo, al final mi madre terminó enseñándome un poco de magia. 

Aiko dijo: 

-Pues por lo que veo tu padre hizo bien en enseñarte a luchar, ya que si no te hubiera enseñado no hubieras podido salvarme de ese hombre. 

Dicho esto, Aiko miró al hombre que yacía en el suelo, todavía inconsciente. 

Kira preguntó: 

-Oye Jotaro, ya tenías todo planeado ¿no? 

Jotaro respondió: 

- ¿Eh? ¿Qué quieres decir? 

Kira dijo: 

-No te hagas. Cuando insultaste a los amigos de ese hombre, notaste que él comenzaba a soltar a Aiko poco a poco, por lo que aprovechaste que él comenzaba a enojarse para provocarlo y hacer que quisiera atacarte. En un ataque de ira, él soltaba a Aiko para intentar atacarte. 

Aiko preguntó: 

-¿Es eso cierto? 

Jotaro respondió: 

-Bueno, sí, pero no planeé que me atacara de repente. 

De repente, Jotaro escucha a alguien decir: 

-Disculpe. 

Jotaro, Kira y Aiko se giraron para ver quién era. Al darse la vuelta, vieron que había dos aventureros. Uno de ellos dijo: 

-Hola, un placer conocerte, mi nombre es Hayato. 

-Y yo soy Ren, es un placer conocerte. 

Jotaro se levantó del suelo junto con Aiko. Mirando a los dos aventureros, preguntó: 

-Hola soy Jotaro ¿puedo ayudarte en algo? 

Hayato meneó la cabeza y dijo: 

-No necesitamos tu ayuda. Solo vinimos a agradecerte por derrotar a esos aventureros.

Hayato y Ren se inclinaron en agradecimiento. 

Jotaro, un poco sorprendido, respondió: 

-No hace falta que me agradezcas, sólo estaba ayudando a mi amiga. 

Hayato insistió: 

-Aun así, déjanos agradecerte. Si no hubieras derrotado a esos tres aventureros, seguramente habrían seguido cometiendo más atrocidades. 

Jotaro, intrigado, preguntó: 

-¿Qué cosas hicieron esos aventureros? 

Hayato y Ren se enderezaron y Hayato comenzó a explicar: 

-Hace un tiempo, esos tres habían reclutado a una nueva aventurera para su grupo. Al principio pensamos que estaban siendo amables al aceptar a una novata, pero unos días después regresaron al gremio, esta vez solos, tratando de reclutar a otra aventurera. 

Ren continuó: 

-La segunda muchacha también aceptó, pero al poco tiempo regresaron nuevamente solas, sin ninguna de las dos muchachas. 

Hayato añadió con un tono sombrío: 

-Pensamos que quizás las chicas estaban fuera del gremio, pero cuando salimos a buscar no había nadie. Todo nos pareció extraño. Empezamos a sospechar más cuando vimos que solo reclutaban mujeres jóvenes y no hombres. 

Ren miró hacia abajo y agregó: 

-Hace apenas unos días, un aventurero nos contó que vio cómo esos tres abusaron de su última compañera de grupo y luego la mataron, arrojándola al río. 

Hayato apretó los puños con furia contenida y continuó: 

-Por eso, cuando vimos que ese tipo le agarró el brazo a tu amiga, quisimos intervenir para evitar que le hicieran lo mismo a ella. Pero antes de que pudiéramos intervenir, tú diste un paso adelante. 

Ren asintió y agregó: 

-Nos sorprendió mucho verte enfrentarte a un rango A, siendo un rango inferior. Pensamos que estabas loco por desafiarlos, pero ver cómo los derrotaste sin problema nos dejó en claro que un rango no determina la fuerza de una persona. 

Hayato y Ren volvieron a inclinarse. 

-Queríamos agradecerte por derrotar a esos tres aventureros y por enseñarnos a no subestimar a los de rangos inferiores -dijo Hayato con sinceridad. 

Jotaro, con expresión seria por lo que acababa de escuchar, dijo: 

-Está bien, acepto tu gratitud, pero levántate. 

Hayato y Ren se pusieron de pie. 

-Bueno, ya nos vamos. No queremos quitarte más tiempo –dijo Hayato antes de darse la vuelta con Ren y regresar con los demás aventureros. 

Kira, frunciendo el ceño, comentó: 

-No puedo creer lo que hicieron esos tres. Y pensar que le habrían hecho lo mismo a Aiko... solo pensarlo me pone furioso. 

Jotaro puso una mano sobre el hombro de Kira y dijo: 

-No te enojes, ya se acabó todo. 

Luego miró a Aiko y dijo: 

-Oye, Aiko, vamos a registrarnos como grupo para hacer ese encargo. 

Aiko, recuperando la sonrisa, respondió: 

-¡Sí! 

Jotaro, Kira y Aiko comenzaron a caminar hacia el mostrador del gremio. En el camino, Kira notó que el aventurero con armadura yacía en el suelo. Se acercó a él y, sin dudarlo, le dio una fuerte patada en las partes íntimas, lo que provocó que el hombre soltara un grito de dolor. 

Jotaro al oír el grito se giró y le gritó: 

-Kira, ¡ven aquí! 

Kira respondió con indiferencia: 

-¡Ya voy! 

Poco después, el trío se registró como grupo y partió hacia el bosque, listos para enfrentarse al ogro. Mientras caminaban, Kira exclamó emocionada: 

-¡No puedo esperar para enfrentarme a ese monstruo! 

Jotaro la miró confundido. 

-¿Por qué estás tan emocionado por enfrentarte a algo que podría matarnos? 

-Porque quiero probar mi fuerza. 

Jotaro suspiro resignado, dice. 

-Dice la persona que antes pensaba que era una locura hacer ese recado. 

Y con eso, el grupo pasó a su siguiente aventura, listos para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.