Poco después, el cuerpo de Klau se había convertido completamente en cenizas, dispersadas por la suave brisa entre el cielo y la tierra.
De repente, un pensamiento emergió en la mente de Ling Feng: «¿Podría ser que el objetivo final de Klau era buscar liberación?». Al recordar la sonrisa que había mostrado justo antes de morir, una pesadez se asentó en el corazón de Ling Feng.
Ahora, el verdadero propósito de Klau parecía irrelevante. Lo que importaba eran los mensajes que había revelado.
—¡¿Quién está ahí?! —de repente, Ling Feng se giró bruscamente, fijando su mirada en un lugar cercano donde alguien se escondía.
Thud, thud, thud, un hombre de mediana edad salió de su escondite, su expresión de madera mostraba un atisbo de arrepentimiento.
—Parece que el Señor Klau ha muerto, después de todo. ¡Ling Feng, tu fuerza ha superado nuestras expectativas!
—¿Tú también eres parte de la Puerta del Infierno? —la mano derecha de Ling Feng lanzó un Qi de Espada a toda velocidad.