—Las fuerzas opuestas de hielo y fuego, poderes tan contradictorios, han desatado tal fuerza tremenda. ¡Parece que mi misión está completa! —La figura del mago se desvaneció en la niebla mística, alejándose gradualmente.
Al sentir que el aura del mago se desvanecía, Yuwen Xiangyu no lo persiguió, sino que acunó suavemente a Tang Fengxiao en sus brazos, con sus hermosos ojos llenos de lágrimas.
—Tonto, tus heridas claramente no se han curado, ¿por qué debes actuar valiente?
—¡Cof, cof! —Tang Fengxiao miró a Yuwen Xiangyu, una leve sonrisa curvándose en las comisuras de su boca—. Dije que te protegería. ¡Un hombre debe cumplir su palabra!
Yuwen Xiangyu, fingiendo enojo, golpeó ligeramente a Tang Fengxiao en el pecho.
—Gran tonto.
—¡Cof, cof! —un sonido de tosido resonó de repente en la niebla—. ¡Si sigues así, mi buen hermano se desangrará y morirá!
Ling Feng apareció ante ellos, una expresión burlona parpadeando en su rostro mientras los miraba.