—¡Captúrenlo, y si se resiste, dispárenle en el acto! —El oficial de paisano estaba completamente enfurecido y quería darle una lección a Hao Jian.
Así, los oficiales se acercaron para esposar a Hao Jian.
—¿Disparar en el acto? ¡Con solo ustedes! —Los ojos de Hao Jian se estrecharon, y pateó un coche no muy lejos de él, volcándolo con una sola patada. El coche rodó varias veces y luego aterrizó sobre un grupo de soldados de fuerzas especiales, seguido de gritos y lamentos.
Viendo esto, todos los demás quedaron atónitos. ¿Patear un coche de policía al aire con una sola patada? ¿Era este tipo un monstruo humanoide con piel humana?
—¡Fuego! ¡Disparen ahora! —En este punto, el oficial de paisano no pudo contenerse más y rugió a sus subordinados.
Se había dado cuenta de la amenaza y el horror de Hao Jian, y si las cosas continuaban así, la situación sería muy desfavorable para ellos.
Entonces decidió golpear primero y matar a Hao Jian directamente.