—Y ahora que Zhou Yefu también estaba presente, ¿cómo se atreve Hao Jian a hacer una demanda tan escandalosa?
—Efectivamente, al oír esto, Zhou Yefu no pudo evitar suspirar, «Hao Jian, ¿no estás yendo demasiado lejos?».
—¿Demasiado lejos? No lo creo. Como miembro del Tigre Divino pero faltándome el respeto como el fundador del Diente de Dragón, ¿no crees que merece algún castigo? —Hao Jian estaba claramente molesto con Zhou Yefu, pero dado que no podía desquitarse con Zhou Yefu, deliberadamente escogió a Situ Haonan para mostrarse frente a mí.
—¿Pero ha sido la Diosa Luna Jiang quien ha estado manejando el Diente de Dragón después, qué derecho tienes aún de entrometerse en los asuntos del Diente de Dragón? —declaró Zhou Yefu.
—Es verdad, ¿pero y si vuelvo al Diente de Dragón y menciono que este chico me ha ofendido, qué crees que le harán? —Hao Jian dijo maliciosamente.