Originalmente una edad floreciente como una hermosa flor, le faltaba el espíritu vibrante de una joven, en cambio parecía sin vida, dando una vibra escalofriante.
Si Hao Jian hubiera estado allí, la habría reconocido como la que anteriormente se había enfrentado y vencido. Era nada menos que Vivian de Zhou Li.
Vivian, con un brillo feroz en sus ojos, miró intensamente el edificio bajo sus pies y dijo —Hao Jian, oh Hao Jian, alguna vez te atreviste a humillarme así, así que no me culpes por ser despiadada y volar tu corporación en pedazos.
Vivian había albergado un rencor contra Hao Jian por la humillación que había sufrido, y ahora era una oportunidad perfecta para vengarse, la cual naturalmente no iba a dejar pasar.