—Estoy injustamente acusado, juro que nunca la llevé a hacerse un tatuaje, tienes que creerme —Hao Jian estaba al borde de las lágrimas—. ¿Qué tipo de lío era este? ¿Cómo llegó a conocer a Che Xiaoxiao, tal desastre?
Mientras tanto, Zhao Yating y Qin Bing reían a escondidas, encontrando la escena delante de ellos bastante divertida.
—Nunca pensé que fueras ese tipo de persona —Murong Qiushui miró a Hao Jian con desprecio, alejándose deliberadamente para distanciarse de él.
—¡Esto no tiene nada que ver contigo! —Hao Jian se irritó—. Esta mujer estaba realmente añadiendo al caos en un momento como este.
—¿Nada? Entonces dime qué demonios está pasando. ¿Por qué diría Che Xiaoxiao que la llevaste a tatuarse? —Guo Shuxian cuestionó, con los ojos llenos de profunda sospecha mientras miraba a Hao Jian.