—¿Quieres decir que Hao Jian puede derribar él solo a estos docenas de tipos? —Gordito y los demás estaban algo asombrados—. ¿No es eso una fantasía? ¿Cómo podría ser algo así posible?
—Solo observen —Yuan Zhibang se rió con indiferencia, pero mantuvo intencionadamente el suspense.
Gordito y Dazhuang no sabían qué decir. Parecía que no solo Hao Jian había enloquecido, sino también Yuan Zhibang.
¿Realmente creía Yuan Zhibang que Hao Jian podía manejar él solo a tanta gente?
—Olvídalo, vamos a ayudar un poco, al menos —dijo Gordito, sabiendo que Hao Jian era el cuñado de Yuan Zhibang y, naturalmente, de su lado; no querían ver a Hao Jian terminar lisiado.
—Ya les dije que solo miren tranquilamente, ¡no se metan! —dijo Yuan Zhibang impacientemente a aquellos tipos.
Gordito y Dazhuang estaban completamente atónitos.
Y poco después, sus bocas se abrieron formando una forma de "O", como si pudieran caber dentro un huevo entero.