quinientos cincuenta y tres

Después de la comida, Liang Fei llevó a Mike de vuelta y lo acompañó a visitar una tienda de ventas de vino tinto bajo la Compañía Feiya. Después de la visita, los dos degustaron vino en la sala VIP mientras discutían su colaboración.

Viendo la actitud sincera de Liang Fei, Mike fue directo y dijo primero:

—Presidente Liang, no sé qué tipo de uvas puedas cultivar.

Pero necesitas entender, hay decenas de miles de viñedos en Francia, grandes y pequeños. Dejando de lado la calidad, la mera cantidad de vino tinto producido cada año ya es una cifra inmensa. Sin embargo, si voy a hacer esto, debo exigir calidad superior...

En ese punto, Liang Fei asintió, lo interrumpió y dijo:

—Sr. Mike, tenga por seguro, las uvas que cultivo son únicas. Solo proporcióneme las semillas de uva, y le garantizo que le entregaré las mejores uvas del mundo.

Al escuchar la respuesta confiada, la cual no parecía exagerada, Mike rió a carcajadas y dijo: