El Secretario Mao mencionó brevemente el asunto del Juez Calvo.
Zhou Yu entrecerró los ojos y miró a Yan Zhengquan.
—El Juez Calvo, ¿lo trajiste aquí? —preguntó.
Yan Zhengquan negó rápidamente con la cabeza.
—Yo... yo no sé.
—Este asunto fue arreglado por el Jefe de la Familia.
—Cuando mi hijo me pidió ayuda, llamé al Jefe de la Familia, y él dijo que resolvería el problema de la Señorita Zhang...
—El Jefe de la Familia no dijo cómo lo resolvería, solo que para cuando yo llegara aquí, Zhang Zheng definitivamente haría que Zhang Jingjing se fuera.
—Más allá de eso, realmente no sé nada.
Zhou Yu sintió que Yan Zhengquan no estaba mintiendo.
Probablemente tampoco sabía.
Así que, Zhou Yu no preguntó más, y entrecerró los ojos mientras miraba a Yan Zhengquan.
—¿Dónde está el dinero?
—Te lo transferiré enseguida.
—Por cierto, ¿cuál es tu cuenta? —Zhou Yu se volvió para mirar a Mi Lan—. Mi Lan, ¡dale los datos de tu cuenta!