Capítulo Seiscientos Treinta y Ocho: La difusión de la noticia
No esperaban que, cuando se abrió la puerta, no fuera el paciente Wang Dawei el que saliera, sino Xiao Yi, el médico que acababa de entrar corriendo para realizar un rescate a Wang Dawei, siendo llevado por varios otros médicos...
¿Cómo podía ser esto?
Todavía se desconocía si el paciente había sido tratado con éxito, pero ¿por qué primero se había derrumbado un médico?
Todos sentían una especie de desorientación en sus mentes.
—¿Cómo está Xiao Yi?
Pasó un rato antes de que Liu Yuan finalmente pudiera volver a la realidad. Gritó y corrió apresuradamente, agarrando al Doctor Niu que estaba sosteniendo a Xiao Yi, y llamó con urgencia.
—Señor Liu, esté tranquilo, el Doctor Xiao está bien. Simplemente se desmayó temporalmente por el agotamiento debido al esfuerzo de salvar a alguien. Si encontramos un lugar para que se acueste y descanse, ¡debería estar bien! —explicó rápidamente el Doctor Niu.