(Entradas, oh entradas... necesito entradas... sollozo sollozo...)
—Esto...
Los dos guardaespaldas se miraron, sus expresiones algo antinaturales.
—Joven Maestro Li, la mujer, fuimos nosotros... la llamamos de vuelta para que lo acompañara a usted —respondieron torpemente luego de vacilar un momento y ver la mirada fría y burlona de Li Zheng Yi.
—Joven Maestro Li, este asunto, no es culpa nuestra, anoche... la situación era extremadamente urgente, usted no hacía más que exigir una mujer... —explicaron en voz alta, rápidamente haciendo gestos con las manos en pánico, tras hablar y ver la mirada severa del Tío Hua y la expresión extremadamente sombría en el rostro de Li Zheng Yi.
—¿Qué exactamente pasó, díganme todo el proceso rápido! —La expresión de Li Zheng Yi se oscureció como si fuera tinta, y en su mente, un presentimiento ominoso se volvía cada vez más abrumador.