Mudarse de Italia

Layla salió de la sala de juntas después de una reunión y estaba lista para irse. Mientras recogía sus cosas, Aiden entró.

—Orabela exige verte —informó Aiden.

Al principio, Layla se confundió, pero luego le pidió que la dejara entrar. En cuestión de segundos, Orabela entró en la oficina y miró hacia atrás. —¿Podemos tener una conversación privada? —solicitó, queriendo que Aiden se fuera.

Layla hizo un gesto a Aiden, quien salió, dejando a las dos hermanas solas en la habitación.

—Necesito irme a casa. Dilo rápido —afirmó Layla.

—Canvin rompió el matrimonio cuando descubrió que soy la hija ilegítima de mi padre —respondió Orabela—. Él dijo que no deseaba casarse con una mujer cuya madre intentó asesinarte —añadió.

—¿No se lo dijiste antes? —preguntó Layla.

—Pensé que lo sabía —respondió Orabela, secándose rápidamente las lágrimas que le corrían por los ojos.